Una noche muy especial..

Desde unos dias atras tengo sueños espesos contigo, sueños humedos diria yo, apareces en imagenes, retazos, trozos y milesimas de segundo, intercalada entre mis sabanas, de repente te veo tan nitida acercandote a mi, abriendome la puerta de tu casa medio desnuda, deseando lamerte hasta las rayban, cuando vuelves a desaparecer..

El problema viene porque yo te hablo, me acerco y la imagen desaparece, eres como la sombra que se refleja y nunca llego a coger, me despierto en mitad de la noche sudando, resoplando, como animal en celo ahullandote y necesito volver a dormirme para encontrarte fugazmente entre mis sueños.

La locura empieza ahora, ultimamente me planteo que quizás, tu seas una persona que algún dia me cruce contigo, que la imagen perfecta que me aborda cada noche, en verdad no es creada por mi lujuriosa mente y existes..y mi delirio es creer que al igual que yo, tu tienes imagenes nocturnas conmigo, y que un dia nos crucemos en el metro, en la panaderia de mi casa o en el gimnasio.

Pero mi miedo se acentua, porque si te encuentro, sé que te borraras de mis sueños,que no vendras cada noche a humedecerme el alma a juguetear con mis pelos enmarañados, a robarme el aliento caliente que se desprende de mi, sé que entonces te iras como una bocanada, como el gemido apagado antes del extasis.

Me he despertado desnuda bajo tus sabanas, como suele pasar ultimamente estaba sola, con la diferencia que el aire estaba rancio, frío, habías dejado la ventana abierta a las siete de la mañana, para que la habitación se purgara conmigo dentro..
He estado paseando por tu ático, cubriéndome solo con el encaje azul y un café amargo en la mano, he buscado entre tus revistas, fotografías, documentos, algún indicio de otra mujer, de esa familia oculta que a veces pienso que tienes cuando pasan días sin llamarme, o por la noche te ausentas de la cama para no volver..
Solo he descubierto fotos antiguas tuyas, si cabe aún mas guapa, seguro que mas joven, cuando aun no me conocías y se te veía feliz..
Un día te preguntaré por tus secretos, en las rendijas de la noche cuando hablas en sueños, pero ahora dejo la taza en la pila llena de otras tantas, que quizás no son mías, y me voy porque aun faltan algunas horas para que anochezca y vuelva a buscarte.