lunes, 8 de noviembre de 2010


Hace mucho tiempo, un día te fuiste de viaje, me sentí tan sola y vacía en casa sin ti que me puse a llorar, le pedí a dios que volvieras.. a los pocos minutos estabas abriendo la puerta de la calle, nunca sabré que es lo que te habías olvidado.

Me encontraste llorando en el sofá, desnuda de artificios y esperándote, tu sorpresa fue enorme casi tanto como la mía, solo pude decirte que me encontraba sola sin ti e instintivamente te mentí para que te pudieras ir tranquila, como al final hiciste..

No recuerdo cuando ocurrió esto, ni siquiera donde ibas de viaje ni el motivo de mis lágrimas, ya he dicho que tampoco el que te habías olvidado, ni muchos menos que palabras dije de mi boca para que te fueras o que alegaste tu para marcharte..

Hoy apenas he llegado a casa y me he dejado caer al suelo para llorar durante agitados minutos, me he venido a la boca la misma sensación amarga que ese día, la misma soledad y ese pavor en el pecho que me dice que estoy sola, con la salvedad de que en aquella tarde el destino me dio una segunda oportunidad.