Me sonríes como se saluda a un desconocido y después de dejarme hablar, en tres parcas palabras me dices que hace meses que cambiastes la cerradura, que me enviastes un email que yo nunca respondí, y me quedo mirándote desnuda, como solo tu me puedes dejar..
He vuelto a mi casa cansada, me he encontrado el buzón lleno de cartas, facturas que el banco habrá devuelto, promociones y catálogos que nunca recuerdo haber solicitado, tengo la impresión de haber estado fuera meses mientras cruzo el descansillo, pero me desasosiega no saber donde, intuyo que no he salido de la ciudad, y el espejo del ascensor me refleja un tatuaje en forma de hojas enredadas por mi cuello, llego a mi piso, esta vez la puerta se abre y en el salón me están esperando,es una voz fría de mujer madura,y ese olor a tabaco que conozco..